Son plantas herbáceas rizomatosas con hojas en forma de cinta y de color verde claro que pueden alcanzar casi un metro de altura. Las atractivas flores sólo duran unos pocos días pero aparecen con profusión, son de color amarillo muy pálido (casi blanco) con manchas oscuras muy contrastadas. Florecen en primavera y verano pero pueden hacerlo, con menos intensidad, en otras estaciones.
Se utilizan como ejemplares aislados, en macizos y en borduras; también es posible cultivarlas en macetas y jardineras.
Son plantas de fácil cultivo que necesitan una exposición de pleno sol aunque toleran la semisombra. Resisten el frío de climas mediterráneos y subtropicales
El suelo debería estar bien drenado y contener materia orgánica; podemos añadir algo de arena gruesa y mantillo de hojas o humus a una buena tierra de jardín.