Es de crecimiento muy lento y, puntualmente, de la inserción de las hojas con el tallo salen los tallos florales de color verde amarillento que contrastan con el color verde oscuro de sus hojas.
Es habitual que, debido a los ambientes secos de nuestros hogares, a la camadorea se le sequen las puntas de las hojas quedando éstas marrones. En principio, esto no desluce la elegancia de esta palmera y se puede evitar pulverizando las hojas regularmente.
No es exigente con la luz, pudiendo sobrevivir en entornos poco luminosos del hogar. Obviamente, si se le da un lugar más luminosos crecerá mejor, pero siempre evitando el sol directo, ya que amarilleará irremediablemente las hojas. Durante el crecimiento de nuevas hojas mantendremos la tierra húmeda y también la abonaremos, pero el resto del año deja que la tierra se seque entre riego y riego.