El fruto, o mango propiamente dicho, es una drupa que se caracteriza por su buen sabor, con una pulpa que puede ser fibrosa o no, dependiendo de la variedad que se trate (existen más de cien cultivares de esta especie). Al madurar, estas frutas pueden lucir un color rojo, anaranjado o amarillo, y su tamaño y forma también puede variar según la variedad.
El mango tarda de tres a seis meses en madurar y es utilizado en diversos alimentos, y es apreciado por su bajo contenido en calorías y por aportar antioxidantes, vitamina B5 y vitamina B5, y por ser de muy fácil digestión.
Este árbol es ligeramente tolerante al calor y sus hojas pueden volverse amarillas ante temperaturas elevadas, pero se ponen verdes en ambientes climáticos más fríos.